jueves, octubre 26, 2006


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Los milagros están constantemente ocurriendo en frente a nosotros. Sucede que cuando permanecemos en el mismo lugar por largo tiempo, todos los eventos se convierten en rutina, dejamos de ver los pequeños detalles, incluso las cosas de gran tamaño "porque siempre están ahí".

Es bueno a veces moverse un poco, cambiar la perspectiva y volver a mirar, para encontrar tales matices, reconociendo nuevamente los milagros y las maravillas que nos rodean.

Justo estoy algunos días en Brasil, y ha sido sorprendente encontrar a Talita y volverla a imaginar en la alocada empresa de atravesar de ventana a ventana en unos tablones de naturaleza inestable, teniendo a los lados a Oliveira y Traveler con una discusión cuasi ficticia por yerba para cebar mate.

Haber viajado más de 5 mil kilómetros para tener tal encuentro ha valido la pena.
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