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El hombre es condenadamente ingenuo, absurdamente ingenuo. No hay ninguna razón, ni actual ni histórica, para que seamos optimistas. Además, los únicos que pueden tener interés en cambiar el mundo son los pesimistas, los que ven que las cosas no van bien. Así que es indispensable que conservemos el sentido común.
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Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
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La realidad cotidiana nos dice que no podemos ser optimistas, y yo no lo soy, pero definitivamente sólo los pesimistas pueden cambiar el mundo.
José Saramago
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El hombre es condenadamente ingenuo, absurdamente ingenuo. No hay ninguna razón, ni actual ni histórica, para que seamos optimistas. Además, los únicos que pueden tener interés en cambiar el mundo son los pesimistas, los que ven que las cosas no van bien. Así que es indispensable que conservemos el sentido común.
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Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
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La realidad cotidiana nos dice que no podemos ser optimistas, y yo no lo soy, pero definitivamente sólo los pesimistas pueden cambiar el mundo.
José Saramago
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