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- ¿Qué le servimos al Señor?
- Hidrógeno líquido y vodka.
- ¡Ah! ¿Cuál es la ocasión?
- Un corazón roto.
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- ¿Qué le servimos al Señor?
- Hidrógeno líquido y vodka.
- ¡Ah! ¿Cuál es la ocasión?
- Un corazón roto.
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Nunca podemos saber con seguridad para quién serán nuestras oraciones, ni de dónde vendrán las respuestas. Justo cuando pensamos estar lo más cerca de Dios, podríamos estar ayudando al diablo.