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Hay melancolía que transcurre mientras las lluvias lavan las calles y ensucian los autos.

Algunas melodías que vienen intempestivas del pasado.

Abren flores cuando alguien muere.

Toda esa población de nubes obedece a sueños que se han perdido.

Hubo días en que levantábamos la cara al cielo y nos permitíamos el milagro del agua.

Hoy corremos a protegernos.
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Escribo porque no sé hablar.
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Mis noches perfectas son estas. Nubladas que van engendrando pesadillas. Abismos en los que la musas lloran o se masturban arropadas con la soledad. Salgo al balcón y fumo para inventar fantasmas. Como si la ciudad lo necesitara, ya abundan sombras y rumores que se deslizan por las calles. Me gusta el viento muerto que guarda silencio. No tengo prisa. Invariablemente la presa viene a los colmillos, a ser invadida.
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Siempre llegaron los días más tarde
en otra estación

como la lluvia de flores
o las nubes espesas de pájaros

y aquí estuvimos a la espera
de la renovada luz del sol

cada vez nos fue interrumpido el sueño
con sobresaltos poblados de noches oscuras

nunca nos quebramos
no nos permitimos perder el aliento

en el despunte de la aurora
la amenaza se cierne nuevamente

pero está vez no se interrumpirá el camino
ya no lo permitiremos
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Soñé que su piel era un mar inmenso.
En ella navegaba...

a veces abajo, a veces arriba.
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Este parque cambia de apariencia y estoy guardando el anterior aquí.
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